Paul McCartney y su esposa, Linda. Habría que colgar estas reflexiones es las bibliotecas y lugares de reunión de jóvenes, ya que concienciar e informar es la base del respeto y el amor por los animales.
Linda introdujo a Paul en el vegetarianismo en 1975, y promovió una dieta vegetariana a través de sus libros de cocina: Linda McCartney´s Home Cooking, Linda’s Kitchen y Simple and Inspiring Recipes for Meatless Meals. El músico explicó su cambio al vegetarianismo diciendo “no quiero comer a un ser vivo y si en los mataderos hubiese paredes de cristal, todo el mundo sería vegetariano”. Su interés en concienciar era tal, que pusieron como condición para aparecer en “Los Simpson”, que Lisa se convirtiese en vegetariana.
Esto es lo que cuenta Paul McCartney sobre cómo le fue cambiando su visión del mundo animal:
“Cuando era joven, llegó la hora de hacer el servicio nacional, tenía que ingresar al Ejército. Yo sentía pavor. Conocía a muchos machos que al regresar decían, “Te hará hombre”. Pero yo pensaba, “No puedo matar a nadie”. Comprendí que tenía que aprender a matar. Así que me metía al bosque a matar ranas – Linda se asustaba con esta historia. Pero yo pensaba, ¿si no puedo matar a una rana, cómo voy a clavarle una bayoneta a un hombre? Cuando razoné que estaba maltratando animales, de repente surgió la pregunta ¿Qué estoy haciendo? Eso me hizo cambiar, y un día en el bosque tomé una decisión, servicio nacional o no, ya no lo voy a hacer más. Comprendí que era una locura, y le pido disculpas a todas las ranas”.
“Cuando estaba con los Beatles, yo tenía una bella perra llamada Martha. Escribí una canción para ella, “Martha My Dear”. A John Lennon le divertía ver que yo era diferente cuando estaba con la perra y la tenía trepada encima de mí”.
“Un día a unas ovejas jugar en un campo, y comprendíe que ya no podías comerlas más”.
“Otro momento de cambio fue cuando ibamos manejando detrás de un camión lleno de pollos – cinco o seis hileras de pequeños pollos con sus plumas de fuera. Nos parecieron muy simpáticos y Linda les tomó unas fotografías. Luego, el camión entró a una fábrica llamada Super Chick, y de repente comprendimos lo que les esperaba. Eso realmente nos afectó”.
“En otra ocasión que también veníamos manejando y regresando de Londres, llegamos a un lugar donde sabíamos que había un matadero. Encontramos a un camión con cuatro hileras de ovejas. Sabíamos exactamente a donde iban. Conocíamos esa desviación. Nos rompió el corazón, y más con todo lo que le estaba pasando a ella. Sabíamos que las ovejas no verían la luz del día siguiente. Derramamos unas lagrimas y seguimos manejando. Le dije, “Está bien, mi amor, tenemos que intentarlo y no dejar que esto nos afecte mucho. Sólo vamos a seguir con nuestro trabajo. Es todo lo que podemos hacer”.
“Hace unos años atrás yo estaba pescando y comprendí que lo estaba matando cuando lo sacaba y pensé, “Le estoy quitando la vida – y no quiero hacer eso”. Así que lo regresamos al agua. Eso fue el fin de la pesca. Seguimos comiendo caviar por un tiempo porque pensabamos que nadie era dañado. Pensabamos que alguien “ordeñaba” al pescado para sacarle los huevos. Luego supimos que a la madre esturión la abren por la mitad y los huevos caen. Eso terminó con el caviar”.